El trabajo a distancia crea oportunidades para el turismo mundial. Cada vez más extranjeros buscan nuevos destinos. El gobierno ecuatoriano busca formas de atraerlos.
No es un día cualquiera. Abhishek Yadav se ha despertado con el gusanillo de la aventura que esta vez le ha llevado a escalar el Cotopaxi, pero antes ha tenido que hacer una parada en las faldas del volcán para mantener una teleconferencia con un cliente de Alemania. Desde hace ocho meses recorre Ecuador convirtiendo sus paisajes más exóticos en las oficinas que un día tuvo. Así que asistir a esa reunión no le supuso un tremendo dilema.
En eso anda desde diciembre de 2020, cuando después de un año (lo visitó por primera vez en 2019) decidió regresar al país, convencido de que podía ser parte de esa nueva ola de nómadas digitales que en tiempos pospandémicos migran por el mundo en busca de lugares donde se pueda ser trabajador remoto y viajero al mismo tiempo. "Ecuador tiene todo para encantarte, ya sean los majestuosos Andes, hermosas playas, selva amazónica, lagunas, volcanes, Galápagos. Es el paraíso del visitante", dice Abhishek entusiasmado, con un español que reconoce "pobre", pero que no ha sido impedimento para vivir la experiencia entre ecuatorianos y seguir dirigiendo desde aquí Augurs Technologies y Augurs Healthcare, las dos empresas que fundó y que ahora dirige con un equipo que trabaja desde India, Alemania y Hong Kong.
El aumento del trabajo a distancia, como consecuencia de los efectos globales de la pandemia, está generando, desde el punto de vista migratorio, laboral, turístico y de telecomunicaciones, una especial atención a lo que ocurre con los nómadas digitales. Paúl Peña, cofundador de Divergent Law, firma especializada en telecomunicaciones y derecho migratorio, dice que esta tendencia ya se ve en algunos países como una estrategia para atraer más turistas de alto poder adquisitivo que ayuden a reactivar las economías, pues "son personas que gastan mucho más en sus viajes que los turistas tradicionales, ya que su estadía es más prolongada".El Congreso de Costa Rica aprobó recientemente una ley que permitirá a los extranjeros permanecer hasta un año en su territorio, con una visa que, entre varios incentivos, puede extenderse por un año más. Algo similar, dice Peña, se hace en países europeos, Panamá y Colombia. Ecuador no se queda atrás. El Ministerio de Turismo confirmó que analiza, junto con la Cancillería, la creación de una visa para legalizar la estadía temporal de este tipo de trabajadores. "Al momento, el proyecto está en proceso de revisión por parte de la Secretaría Jurídica de la Presidencia y se espera que sea aprobado en los próximos días", dijo el Ministerio de Turismo.
La idea de promover al país como destino para el trabajo remoto es buena, dice Peña, pero aclara que esto no se logrará si la política no está ligada a incentivos. El principal que defiende es que no se les considere residentes fiscales, pues eso los obligaría, por ley, a pagar impuestos durante su corta estancia, lo cual no es nada atractivo. En la lista incluye la ventaja de que puedan entrar con familiares de primer grado, que puedan traer libremente su equipo de trabajo, abrir rápidamente cuentas bancarias, utilizar el carné de conducir y desplazarse sin problemas.
Peña habla del enorme potencial turístico del país, ya que es un territorio pequeño con zonas naturales bien definidas que pueden visitarse en poco tiempo. El verdadero reto, dice, está en la tecnología. Aunque 94% del país tiene cobertura de Internet, aún queda trabajo por hacer para mejorar el acceso a un servicio de calidad."Obviamente la red existe, pero el servicio es deficiente. Eso supone una mala experiencia para el turista", coincide Abhishek.Admite que al principio fue complicado encontrar un buen operador. Sin embargo, en contraposición, cita otras cosas buenas que le enamoran. Ecuador, dice, va más allá de la belleza de las Galápagos que muestran los mapas mundiales: "Es uno de los países más diversificados, tanto geográfica como culturalmente". Añade que no es caro, es fácil moverse, tiene buena comida y lo mejor: su gente. "He estado en muchos sitios, como Alemania, Estados Unidos, Hong Kong, Malasia, pero la acogida que recibí aquí, el calor y el cariño son increíbles. Nunca me siento lejos de casa.
Este empresario afirma que, "como empresario, me gustaría expandir mis operaciones en Ecuador, ya que hay gente buena, cualificada y empleable". De ahí que su recomendación sea que los incentivos que se puedan definir sean también un catalizador para la inversión extranjera.
Artículo escrito originalmente por Lizbeth Zumba R. y publicado por Diario Expresso.
Traducción de Adriana Navarrete.